El ego no es nada más que la parte artificial de ti mismo que has construido para recibir la aprobación de los demás, nuestro ego es la parte social de nosotros mismo que crece a medida que intentamos convertirnos en la persona que algunos quieren que seamos en vez de en la persona que realmente somos.
Todas las personas tienen la tentación de acentuar su ego en un momento dado, y el futbol no es una excepción, al contrario, es aun más tentador. Aun así vivimos en una época donde la sencillez ha tenido el suficiente orgullo como para ganarle la batalla al ego, y el ejemplo mas influyente es la selección española.
En la selección española tenemos un grupo lleno de líderes, pero no lo que globalmente conocemos como líderes, si no líderes de verdad, auténticos, brillantes, lideres humanos que tienen la virtud de hacer bien este deporte, pero no por eso caen en la superficial superioridad del ego, cada vez que saltan al campo aparcan el ego en la puerta, dedican toda su concentración y sus capacidades a realizar su trabajo de la mejor manera posible, a dignificar su oficio, a amarlo y dejan huella en las vidas de sus compañeros y entrenadores. Son de este tipo de gente que no definen su éxito por lo que consiguen sino por lo que dan, y esto es lo que los llena de plenitud y felicidad.
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